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The Big Plan
Los 4 primos
Lola y Luis vivían en Leipzig, Alemania. Sofía y Antonio vivían en Buenos Aires, Argentina. Un día decidieron viajar juntos a París. Sus padres vendrían también, pero los chicos querían explorar la ciudad por su cuenta. Se sentían emocionados y mayores. Les encantaba la música: Lola tocaba el piano y a Sofía le encantaba bailar. A Antonio y Luis les gustaban los mapas y explorar. También les gustaba probar comidas nuevas y practicar francés con los lugareños.
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Los cuatro primos llegaron a París por la mañana temprano. La ciudad era preciosa y estaba llena de vida. Podían ver la Torre Eiffel desde la ventana de su hotel. Después de desayunar, decidieron empezar su aventura. Lola y Sofía querían visitar una famosa escuela de baile. Antonio y Luis estaban ansiosos por explorar las viejas calles con sus mapas. Quedaron en volver al hotel a la hora de comer. Todos estaban entusiasmados con su primer día en París.
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Lola y Sofía encontraron fácilmente la escuela de baile. El edificio era antiguo y encantador. Sofía se apuntó a una clase de baile mientras Lola tocaba el piano en un rincón. La música llenó la sala y todos disfrutaron de la actuación. Después de la clase, hablaron con los demás alumnos. Practicaron su francés e hicieron nuevos amigos. Incluso aprendieron algunos pasos de baile. Fue una mañana maravillosa para los dos.
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Mientras tanto, Antonio y Luis vivían su propia aventura. Vagaban por calles estrechas y descubrían parques escondidos. Utilizaron sus mapas para encontrar lugares interesantes. Incluso encontraron una pequeña panadería con deliciosos pasteles. El panadero era muy simpático y les enseñó algunas palabras nuevas en francés. Antonio y Luis se sintieron como auténticos exploradores. Se morían de ganas de contarles a Lola y Sofía sus descubrimientos. A la hora de comer, regresaron al hotel.
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Los cuatro primos se reunieron en el restaurante del hotel para comer. Estaban entusiasmados por compartir sus aventuras matutinas. Sofía mostró algunos pasos de baile que había aprendido. Lola habló del bonito piano que tocaba. Antonio y Luis describieron los parques escondidos y al simpático panadero. Todos escucharon con gran interés. Probaron algunos platos franceses nuevos y practicaron su francés con el camarero. Fue un almuerzo divertido y delicioso. Hicieron planes para la tarde.
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Por la tarde, decidieron visitar un famoso museo. El museo era enorme y estaba lleno de exposiciones interesantes. Vieron pinturas, esculturas y objetos antiguos. A Lola y Sofía les encantó el arte, mientras que a Antonio y Luis les fascinaron los objetos históricos. Hicieron muchas fotos y aprendieron mucho. El museo también tenía una sección para niños con actividades divertidas. Jugaron y resolvieron rompecabezas. Fue una tarde educativa y divertida.
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Cuando el sol empezó a ponerse, se dirigieron a la Torre Eiffel. La torre tenía un aspecto mágico con las luces empezando a parpadear. Subieron en ascensor y admiraron las impresionantes vistas de París. Era como estar en la cima del mundo. Hicieron muchas fotos para recordar el momento. También probaron unas crepes de un puesto cercano. La velada fue perfecta y llena de risas. Prometieron recordar siempre este día tan especial.
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El viaje a París llegaba a su fin. Los cuatro primos no querían despedirse. Habían compartido tantos momentos maravillosos. Prometieron visitarse pronto, ya fuera en Alemania o en Argentina. Lola deseaba visitar Argentina porque le encantaban los caballos. Se abrazaron con fuerza e hicieron planes para su próxima aventura. Los recuerdos de París les acompañarían siempre. Sabían que su vínculo era más fuerte que nunca. No fue un adiós, sino un "hasta pronto".
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